Después de salir de Villafranca Montes de Oca (Burgos), el peregrino atraviesa una gran extensión arbolada y boscosa, un tramo de gran dureza en las inmediaciones del Puerto de la Pedraja. Se encontrará entonces con la villa de San Juan de Ortega.
La entrada en San Juan de Ortega se hace a través de los cultivos que rodean el monasterio. La localidad, aunque apartada de las vías de comunicación, tiene una incuestionable importancia como emplazamiento del Camino de Santiago. Aquí se encuentra el Santuario de San Juan de Ortega, famoso por el acontecimiento del rayo de luz, un haz solar que penetra en el templo e ilumina el capitel de la Anunciación tan sólo dos veces al año: en el equinoccio de primavera (21 de marzo) y en el de otoño (22 de septiembre). El templo monacal se construyó entre los siglos XII y XV, y el sepulcro data del XV. Aquí descansan los restos del santo. La capilla, de San Nicolás de Bari, es del XII.
Pequeña localidad de 29 habitantes perteneciente al municipio de Barrios de Colina. Reconocida por su fama hospitalaria desde que la fundase el Santo del mismo nombre. Hito vivo en el Camino de Santiago. Este lugar de peregrinación tiene en su iglesia un monumento declarado Bien de Interés Cultural.
El Santo burgalés, nace en Quintanaortuño en el año 1080, en su peregrinación a Tierra Santa estuvo a punto de sufrir un naufragio. En este intento se encomendó a San Nicolás de Bari y le prometió que si le salvaba de las aguas le construiría una Capilla. No es la Iglesia principal la primera de sus obras, sino la Capilla de San Nicolás.
La Iglesia Monacal se define de trazado, cabecera y cruceros románicos, de finales del siglo XII. Sobresalen por su expresividad algunos de los capiteles históricos. En el siglo XV se amplían las naves de los pies en estilo gótico.En estos últimos años se han realizado varias actuaciones de restauración en la Iglesia por parte de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León. Se han acometido obras en las cubiertas y fachadas logrando embellecer más el conjunto monacal. También se han realizado actuaciones consistentes en el traslado del Sepulcro con los restos del Santo desde la Cripta a la planta superior ubicándolo en el ábside izquierdo. Esto fue debido a la inundación que sufrió la Cripta en el año 2005.
Una vez atravesada la puerta de acceso a la Iglesia podemos observar como la luz y la blancura de la piedra iluminan y resplandecen de forma natural un conjunto de obras estructurales y monumentales.
En una primera visión vemos el BALDAQUINO DE SAN JUAN DE ORTEGA.
El Baldaquino de San Juan de Ortega es de estilo gótico isabelino del año 1464 . En este baldaquino no descansan los restos del Santo. Se encuentra tallado con distintas escenas sobre la vida y milagros del Santo. Desde su viaje a Jerusalén, el milagro de los panes, la resurrección de un Peregrino, la cura de los ladrones que le robaban la destrucción del trabajo realizado por el Santo y la oración de los fieles ante el Sepulcro del Santo son parte de los detalles del sepulcro junto con las imágenes de seis santos que lo custodian.
Atravesando el Baldaquino y entrando en la zona de oración podemos contemplar el ábside central. Este, de estilo románico, no pierde su claridad gracias a las tres ventanas abocinadas y cerradas con alabastro.
En el ábside izquierdo podemos ver en un costado el retablo que narra la vida de San Jerónimo. Presidiendo el ábside encontramos la imagen de Santo Domingo de la Calzada, maestro del joven Santo. En este mismo ábside hoy se encuentra otro de los sepulcros dispuestos a San Juan de Ortega. Este de estilo románico también se encuentra sin utilizar. Esta magnífica pieza artística se considera de las más importantes dentro del arte funerario burgalés. En la tapa podemos ver la muerte del Santo y la ascensión del alma por dos ángeles. En el arca del sepulcro se puede ver a Cristo Pantocrator rodeado de los cuatro tetramorfos, Esta imagen de cristo se compone con las imágenes de los Apóstoles. Este Sepulcro no se llegó a terminar.
En el ábside derecho vemos el retablo de la Virgen y el purgatorio. El Sepulcro, que provisionalmente se encuentra en esta zona, es el de San Juan de Ortega. Un sepulcro sencillo, sin adornos, es el que custodia los restos de San Juan de Ortega. Los tres sepulcros se encontraban en la Capilla de San Nicolás. Estos fueron trasladados a la Iglesia en 1964, el Baldaquino en la parte superior y los dos Sarcófagos en la cripta construida para el traslado.
Hoy los dos Sarcófagos se encuentran en la planta superior por una inundación de la Cripta en Mayo de 2005. En este mismo ábside se encuentra una de muestras mayores joyas, el CAPITEL DE LA ANUNCIACIÓN.
Este capitel románico también denominado Capitel de la Navidad muestra en todo su esplendor la Anunciación del arcángel Gabriel arrodillado ante María anunciándola que va a ser madre de Jesús. El segundo motivo, la Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel, se ve como ambas se abrazan y como Isabel pone su mano en el vientre de su prima, detrás se encuentra una sirvienta. En el centro del capitel el Nacimiento, la Virgen se encuentra acostada atendida por dos parteras. Encima de Maria se encuentra el pesebre con el Niño Jesús. La figura de San José , sentado y con actitud adormecida con el Ángel el cual en sueños le explica el milagro del nacimiento de Jesús. Se termina el capitel con la Anunciación del Ángel a los pastores, este detalle es poco vistoso por su ubicación pero igual de simbólico que el resto.
Este capitel dos veces al año, coincidiendo con los equinoccios de primavera y otoño, un rayo de luz lo ilumina de forma sorprendente comenzando con la Anunciación del Ángel a Maria y terminando con el nacimiento. Este fenómeno ocurre el 21 de marzo a las 6 de la tarde y el 22 de septiembre a las 7 de la tarde.
En la plaza (junto al Monasterio). Dispone de bancos, sombra, fuente. La localidad cuenta también con una zona de acampada libre.
La entrada en San Juan de Ortega se hace a través de los cultivos que rodean el monasterio. La localidad, aunque apartada de las vías de comunicación, tiene una incuestionable importancia como emplazamiento del Camino de Santiago. Aquí se encuentra el Santuario de San Juan de Ortega, famoso por el acontecimiento del rayo de luz, un haz solar que penetra en el templo e ilumina el capitel de la Anunciación tan sólo dos veces al año: en el equinoccio de primavera (21 de marzo) y en el de otoño (22 de septiembre). El templo monacal se construyó entre los siglos XII y XV, y el sepulcro data del XV. Aquí descansan los restos del santo. La capilla, de San Nicolás de Bari, es del XII.
Pequeña localidad de 29 habitantes perteneciente al municipio de Barrios de Colina. Reconocida por su fama hospitalaria desde que la fundase el Santo del mismo nombre. Hito vivo en el Camino de Santiago. Este lugar de peregrinación tiene en su iglesia un monumento declarado Bien de Interés Cultural.
El Santo burgalés, nace en Quintanaortuño en el año 1080, en su peregrinación a Tierra Santa estuvo a punto de sufrir un naufragio. En este intento se encomendó a San Nicolás de Bari y le prometió que si le salvaba de las aguas le construiría una Capilla. No es la Iglesia principal la primera de sus obras, sino la Capilla de San Nicolás.
La Iglesia Monacal se define de trazado, cabecera y cruceros románicos, de finales del siglo XII. Sobresalen por su expresividad algunos de los capiteles históricos. En el siglo XV se amplían las naves de los pies en estilo gótico.En estos últimos años se han realizado varias actuaciones de restauración en la Iglesia por parte de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León. Se han acometido obras en las cubiertas y fachadas logrando embellecer más el conjunto monacal. También se han realizado actuaciones consistentes en el traslado del Sepulcro con los restos del Santo desde la Cripta a la planta superior ubicándolo en el ábside izquierdo. Esto fue debido a la inundación que sufrió la Cripta en el año 2005.
Una vez atravesada la puerta de acceso a la Iglesia podemos observar como la luz y la blancura de la piedra iluminan y resplandecen de forma natural un conjunto de obras estructurales y monumentales.
En una primera visión vemos el BALDAQUINO DE SAN JUAN DE ORTEGA.
El Baldaquino de San Juan de Ortega es de estilo gótico isabelino del año 1464 . En este baldaquino no descansan los restos del Santo. Se encuentra tallado con distintas escenas sobre la vida y milagros del Santo. Desde su viaje a Jerusalén, el milagro de los panes, la resurrección de un Peregrino, la cura de los ladrones que le robaban la destrucción del trabajo realizado por el Santo y la oración de los fieles ante el Sepulcro del Santo son parte de los detalles del sepulcro junto con las imágenes de seis santos que lo custodian.
Atravesando el Baldaquino y entrando en la zona de oración podemos contemplar el ábside central. Este, de estilo románico, no pierde su claridad gracias a las tres ventanas abocinadas y cerradas con alabastro.
En el ábside izquierdo podemos ver en un costado el retablo que narra la vida de San Jerónimo. Presidiendo el ábside encontramos la imagen de Santo Domingo de la Calzada, maestro del joven Santo. En este mismo ábside hoy se encuentra otro de los sepulcros dispuestos a San Juan de Ortega. Este de estilo románico también se encuentra sin utilizar. Esta magnífica pieza artística se considera de las más importantes dentro del arte funerario burgalés. En la tapa podemos ver la muerte del Santo y la ascensión del alma por dos ángeles. En el arca del sepulcro se puede ver a Cristo Pantocrator rodeado de los cuatro tetramorfos, Esta imagen de cristo se compone con las imágenes de los Apóstoles. Este Sepulcro no se llegó a terminar.
En el ábside derecho vemos el retablo de la Virgen y el purgatorio. El Sepulcro, que provisionalmente se encuentra en esta zona, es el de San Juan de Ortega. Un sepulcro sencillo, sin adornos, es el que custodia los restos de San Juan de Ortega. Los tres sepulcros se encontraban en la Capilla de San Nicolás. Estos fueron trasladados a la Iglesia en 1964, el Baldaquino en la parte superior y los dos Sarcófagos en la cripta construida para el traslado.
Hoy los dos Sarcófagos se encuentran en la planta superior por una inundación de la Cripta en Mayo de 2005. En este mismo ábside se encuentra una de muestras mayores joyas, el CAPITEL DE LA ANUNCIACIÓN.
Este capitel románico también denominado Capitel de la Navidad muestra en todo su esplendor la Anunciación del arcángel Gabriel arrodillado ante María anunciándola que va a ser madre de Jesús. El segundo motivo, la Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel, se ve como ambas se abrazan y como Isabel pone su mano en el vientre de su prima, detrás se encuentra una sirvienta. En el centro del capitel el Nacimiento, la Virgen se encuentra acostada atendida por dos parteras. Encima de Maria se encuentra el pesebre con el Niño Jesús. La figura de San José , sentado y con actitud adormecida con el Ángel el cual en sueños le explica el milagro del nacimiento de Jesús. Se termina el capitel con la Anunciación del Ángel a los pastores, este detalle es poco vistoso por su ubicación pero igual de simbólico que el resto.
Este capitel dos veces al año, coincidiendo con los equinoccios de primavera y otoño, un rayo de luz lo ilumina de forma sorprendente comenzando con la Anunciación del Ángel a Maria y terminando con el nacimiento. Este fenómeno ocurre el 21 de marzo a las 6 de la tarde y el 22 de septiembre a las 7 de la tarde.
En la plaza (junto al Monasterio). Dispone de bancos, sombra, fuente. La localidad cuenta también con una zona de acampada libre.
San Juan de Ortega (documento de los "Amigos del Camino de Santiago de Burgos")
Aymeric alababa estas tierras: "...Pasados los Montes de Oca está Castilla, tierra llena de tesoros, abunda en oro y plata, telas y fortísimos caballos, y es fértil en pan, vino, carne, pescado, leche y miel...".
En medio de un modesto caserío, se alza majestuoso el Monasterio dedicado al Santo de Quintaortuño, gran benefactor y constructor de puentes, caminos y hospitales.
Muchos avatares, numerosas vicisitudes, años de abandono y soledad, han dado paso a una ansiada restauración. Hoy San Juan de Ortega se está recuperando de tanto olvido.
Juan de Velázquez, nacido en 1080 en Quintanaortuño, fue discípulo y estrecho colaborador de Santo Domingo de la Calzada, y es el titular de este conjunto arquitectónico emblemático.
En el lugar ocupado por un ortigal (en latín "urtica", de ahí el apellido Ortega), Juan de Ortuño levantó este hospital para seguridad de peregrinos, dado que era un lugar extremadamente peligroso al estar ocupado por bandoleros: "...nocte ac die iacopitetas interficientes et multos expoliantes...", (que de día y de noche mataban y expoliaban a los peregrinos jacobeos".
Se cuenta de su fundador que, tras una peregrinación a Jerusalén, ya de vuelta, debido a un fuerte temporal, suplicó la intercesión de San Nicolás, santo del que portaba una reliquia, quien lo salvó de tan duro trance. Debido a ello y en agradecimiento, comenzó la construcción de una capilla dedicada al santo de Bari.
Posiblemente, su fama y la del recinto se debieron a la motivación de los peregrinos que les inducía a estar en contacto con las reliquias de los santos, y en la localidad de San Juan de Ortega parece que abundaban, ya que el propio Santo las había traído de Tierra Santa. Además de las aludidas, se podían venerar las correspondientes a San Ambrosio, Santiago, Santa Bárbara, San Esteban y San Donato. Existía también un Lignun Crucis e incluso alguna provenía de los Santos Inocentes.
En 1138, el papa Inocencio II toma bajo su protección el conjunto. Numerosos reyes, nobles, obispos y abades han financiado durante siglos este lugar de eminente sabor jacobeo. Alfonso VII que tuvo actuaciones importantes dentro del trazado, ya que en Burgos fundó también el hospital de El Emperador, en 1142 dona las tierras reales de los Montes de Oca.
Tras su muerte, ocurrida en 1163, el abandono se hace una realidad, tanto que en 1431, Pablo de Santa María, obispo de Burgos, hace de ello donación a los Jerónimos, que lo confieren nueva vida y mayor actividad.
La Reina Isabel la Católica visitó el lugar en 1477. Acudió por la fama que tenía el Santo como abogado contra la esterilidad. Tal era su fe, que una vez concedido el deseo, puso el nombre de Juan a su heredero, y en su momento, le pareció tan pobre la edificación que como agradecimiento hacia el Santo, amparó y financió la construcción de la capilla de San Nicolás.
El estilo de su fachada es renacentista, y destaca en el mismo una magnífica rejería del año 1580. Actualmente se encuentra en obras, ya que su techumbre se desplomó contra el suelo.
El templo monacal de mediados del siglo XV consta de una bella cabecera románica con triple ábside, y cinco ventanales. El central es impresionante; se trata de una construcción cuyos planos son atribuidos al propio Juan de Ortega. Gran variedad de capiteles decoran sus columnas. Son significativos los de Roldán y Ferragut, y el de la Anunciación. En los equinoccios de primavera y otoño, un curioso fenómeno tiene lugar: a las cinco de la tarde hora solar, a través de una ventana ojival orientada al oeste, penetra un rayo del sol, iluminando el capitel historiado, en lo que se ha dado en llamar el "Fenómeno de la Luz Equinoccial"; durante poco menos de diez minutos, cual si fuera un cañón de luz, el rayo luminoso va recorriendo este triple capitel, destacando e iluminando las escenas de la Anunciación, la Visitación, el Sueño de San José, el Nacimiento, el Anuncio a los Pastores, la Adoración de los Reyes... . Anualmente, en estas dos convocatorias, cientos de personas se congregan ante este singular " milagro"; realmente es espectacular percibir la luminosidad en la propia penumbra de la iglesia: asemeja que la luz del Espíritu Santo es la que se posa sobre la figura de la Virgen, que parece dirigir una mirada de aprobación.
En el centro del crucero, se levanta un magnífico baldaquino, de estilo gótico florido, está atribuida su ejecución a Juan de Colonia. En la parte superior, aparece una escultura sedente del Santo, realizada en alabastro, atribuida al genial Gil de Siloé. En sus laterales, diversas escenas de la obra y milagros de San Juan de Ortega decoran el cenotafio. Los restos del Santo reposan en una modesta sepultura en la cripta existente en el templo.
En uno de los laterales de la iglesia, permanece un inconcluso sepulcro, de una ejecución esplendorosa, que parece se comenzó a realizar con el fin de depositar los restos del Santo, pero nunca fue utilizado.
Dos claustros completan la construcción. Uno, barroco, espera la correspondiente aportación para que su recuperación sea una realidad. Otro gótico, de piedra arenisca en color rojizo que es de belleza sin igual, se encuentra en la Casa Rectoral, dependencias que forman parte del actual albergue para peregrinos.
Una romería en honor del Santo se celebra el primer sábado del mes de junio, convocando en sus inmediaciones a numeroso público que proviene en su mayoría de localidades, organizaciones e instituciones que forman parte de su cofradía. Acuden con sus pendones y cruces procesionales, confiriendo a la misma un acto multicolor pleno de fe y recogimiento.
En este santuario se gestó, en el año 1987, la Asociación del Camino de Santiago de Burgos por un grupo de entusiastas amantes de la ruta jacobea.
Villafranca montes de oca (Texto de los Amigos del Camino)
"... Entonces, era Castiella un pequeño rincón, era de castellanos Montes d´Oca mojón..."
Esta localidad siempre ha sido un punto importante dentro del Camino de Santiago al encontrase a mitad de camino entre Santo Domingo y Burgos, sirviendo históricamente de prólogo para la ascensión a los Montes de Oca.
La romana Auca Autrigona, que fue sede episcopal desde época visigoda hasta el año 1075 en que se trasladó a Burgos, recibe al peregrino con una ascensión que discurre por un lateral de su templo dedicado a Santiago. En su interior se conserva una concha traída de Filipinas, que ejerce las funciones de benditera, siendo la más grande de todo el Camino de Santiago. Dos imágenes del Apóstol en hábito peregrino permanecen en su altar, una de ellas presidiéndolo.
Su toponimia recuerda que fue un lugar habitado en su mayoría por los francos, gente de allende de Pirineos que se adentraba en el Camino peregrinando, y que al final se quedaban en estas tierras. También puede deberse a la exención de tributos y portazgos que gozaron los peregrinos y la gente de esta población.
La subida del Camino, lame la fachada y entrada del antiguo Real Hospital de San Antonio Abad, que pese al dicho de "... Villafranca Montes de Oca, alta de camas y pobre de ropa...", fue un exponente de la atención que en otras épocas el Hospital prestó al peregrino. Estas instalaciones, también se conocieron con el nombre de Hospital de la Reina, en recuerdo de la reina Doña Juana Manuel, esposa de Enrique II, que lo fundó en 1380. Recordar que en pleno siglo XVII todavía contaba con 36 camas. Künig lo elogiaba: "...Acuérdate allí del Hospital de la Reina, en la que dan los hermanos una buena ración...".
Otra opción interesante para el peregrino que se encuentre con fuerzas es avanzar hasta la ermita de la Virgen de Oca, y en sus inmediaciones visitar el pozo de San Indalecio. En un bello paraje natural se localiza una fuente en forma de trébol, donde se dice que brotó el agua en el mismo lugar donde se precipitó la sangre de su martirio.
Volviendo al camino, una empinada subida dará paso a un bello robledal, pleno de vida y sensaciones. En poco más de un kilómetro y justamente en la fuente de Mojapán, la ascensión se suavizará. Posiblemente, hasta llegar a San Juan de Ortega, el caminante se adentrará en una de las más bellas etapas del Camino. El transcurso de los años no ha afectado de manera singular a este tramo. En ella podrá disfrutar de un bello paraje natural, y de un silencio roto tan sólo por el canto de las aves.
Queda a su criterio como peregrino y caminante, el acercarse hasta la ermita de Valdefuentes, a pie de la carretera nacional. De esta construcción fundada en el siglo XII y dependiente del Monasterio de Veruela, solo permanece en pie su remozado ábside con tres esculturas en sus muros, correspondientes a Santiago, San Juan de Ortega y Santo Domingo de la Calzada. Fue priorato y hospital cisterciense. Al otro lado de la carretera, la fuente del Carnero, en caso de necesidad saciará su sed.
En la actualidad, aquí el camino se divide en dos ramales de los que más adelante daremos cumplida información.
Por un lado, la carretera nacional lo adentrará en Burgos por las localidades de Santovenia de Oca, Zalduendo, Ibeas de Juarros, San Medel, Castañares y la Ventilla. Este camino, con la construcción del andadero, es bastante utilizada por los ciclistas que pretendan evitar la subida por los caminos existentes en los Montes de Oca.
Trece kilómetros y coronar los 1.150 metros de este puerto en otros tiempos inseguro, será el precio a pagar. Hoy, es una etapa nada compleja. Las sensaciones percibidas no diferirán en absoluto de las que acompañaron a los peregrinos de otras épocas, será la recompensa del caminante que se decida a emprenderla.
"... Entonces, era Castiella un pequeño rincón, era de castellanos Montes d´Oca mojón..."
Esta localidad siempre ha sido un punto importante dentro del Camino de Santiago al encontrase a mitad de camino entre Santo Domingo y Burgos, sirviendo históricamente de prólogo para la ascensión a los Montes de Oca.
La romana Auca Autrigona, que fue sede episcopal desde época visigoda hasta el año 1075 en que se trasladó a Burgos, recibe al peregrino con una ascensión que discurre por un lateral de su templo dedicado a Santiago. En su interior se conserva una concha traída de Filipinas, que ejerce las funciones de benditera, siendo la más grande de todo el Camino de Santiago. Dos imágenes del Apóstol en hábito peregrino permanecen en su altar, una de ellas presidiéndolo.
Su toponimia recuerda que fue un lugar habitado en su mayoría por los francos, gente de allende de Pirineos que se adentraba en el Camino peregrinando, y que al final se quedaban en estas tierras. También puede deberse a la exención de tributos y portazgos que gozaron los peregrinos y la gente de esta población.
La subida del Camino, lame la fachada y entrada del antiguo Real Hospital de San Antonio Abad, que pese al dicho de "... Villafranca Montes de Oca, alta de camas y pobre de ropa...", fue un exponente de la atención que en otras épocas el Hospital prestó al peregrino. Estas instalaciones, también se conocieron con el nombre de Hospital de la Reina, en recuerdo de la reina Doña Juana Manuel, esposa de Enrique II, que lo fundó en 1380. Recordar que en pleno siglo XVII todavía contaba con 36 camas. Künig lo elogiaba: "...Acuérdate allí del Hospital de la Reina, en la que dan los hermanos una buena ración...".
Otra opción interesante para el peregrino que se encuentre con fuerzas es avanzar hasta la ermita de la Virgen de Oca, y en sus inmediaciones visitar el pozo de San Indalecio. En un bello paraje natural se localiza una fuente en forma de trébol, donde se dice que brotó el agua en el mismo lugar donde se precipitó la sangre de su martirio.
Volviendo al camino, una empinada subida dará paso a un bello robledal, pleno de vida y sensaciones. En poco más de un kilómetro y justamente en la fuente de Mojapán, la ascensión se suavizará. Posiblemente, hasta llegar a San Juan de Ortega, el caminante se adentrará en una de las más bellas etapas del Camino. El transcurso de los años no ha afectado de manera singular a este tramo. En ella podrá disfrutar de un bello paraje natural, y de un silencio roto tan sólo por el canto de las aves.
Queda a su criterio como peregrino y caminante, el acercarse hasta la ermita de Valdefuentes, a pie de la carretera nacional. De esta construcción fundada en el siglo XII y dependiente del Monasterio de Veruela, solo permanece en pie su remozado ábside con tres esculturas en sus muros, correspondientes a Santiago, San Juan de Ortega y Santo Domingo de la Calzada. Fue priorato y hospital cisterciense. Al otro lado de la carretera, la fuente del Carnero, en caso de necesidad saciará su sed.
En la actualidad, aquí el camino se divide en dos ramales de los que más adelante daremos cumplida información.
Por un lado, la carretera nacional lo adentrará en Burgos por las localidades de Santovenia de Oca, Zalduendo, Ibeas de Juarros, San Medel, Castañares y la Ventilla. Este camino, con la construcción del andadero, es bastante utilizada por los ciclistas que pretendan evitar la subida por los caminos existentes en los Montes de Oca.
Trece kilómetros y coronar los 1.150 metros de este puerto en otros tiempos inseguro, será el precio a pagar. Hoy, es una etapa nada compleja. Las sensaciones percibidas no diferirán en absoluto de las que acompañaron a los peregrinos de otras épocas, será la recompensa del caminante que se decida a emprenderla.