EL DUQUE DE LERMA
El traslado de la Corte española a Valladolid en enero de 1601 fue decisivo para que el Duque de Lerma concibiera la idea de crear una corte propia en su villa, para restringir aún más el núcleo cortesano alrededor de Felipe III, que mostraba escaso interés y poca capacidad por los asuntos políticos y de gobierno.
Veinte años se mantuvo el Duque de Lerma como privado del rey. Durante este período Lerma se vio engrandecida y favorecida. Bajo su patrocinio, entre 1600 y 1617, se erigió uno de los conjuntos Histórico-Artísticos mejor conservados de España, de estilo Herreriano. En él intervinieron los mejores arquitectos reales de la época, Francisco de Mora, Juan Gómez de Mora y Fray Alberto de la Madre de Dios.
Lerma se convirtió en Corte de Recreo, adonde acudían personajes relevantes y artistas (Góngora, Lope de Vega ... ), y se celebraban fiestas y banquetes en honor de los Reyes de España. En Lerma nació el séptimo hijo de Felipe III, la Infanta Margarita, que fue bautizada con toda pompa y solemnidad en el Convento de las Clarisas.
Obtuvo el Duque exorbitantes concesiones reales, en títulos y riquezas. El ducado de Lerma comprendía 40 villas y lugares de señorío y seis de behetría, que con sus impuestos engrosaron las arcas ducales. Parte de ellos los invirtió Don Francisco en la construcción de edificios en su villa: el Palacio Ducal, la Plaza Mayor de Armas con sus edificaciones, seis monasterios y una Iglesia Colegial, aparte de reparaciones en otros edificios; también estableció una industria de paños y tintes, una imprenta con licencia real, y un hospital. Antes de su precipitada caída del poder, se acogió a la dignidad cardenalicia, para escapar a las iras y a las amenazas de sus numerosos enemigos. Alejado de la Corte en 1620, los últimos días de su vida transcurrieron entre Lerma y Valladolid, obligado a devolver las enormes sumas que había defraudado. Murió en Valladolid el 18 de mayo de 1625. Sus sucesores, entre pleitos y devoluciones, hicieron que aquel conato de vida cortesana se fuera apagando, y quedara olvidada la villa en lo restante del siglo XVII.
EL CURA MERINO
Después del Duque de Lerma, el personaje más importante en la Historia de la Villa fue el Cura Merino. Nació en el pequeño pueblo de Villoviado, una de las pedanías que tiene Lerma, el 30 de Septiembre de 1769. De joven ayudaba a su familia en las tareas de la agricultura y pastoreo, posteriormente estudió la carrera sacerdotal, siendo ordenado sacerdote en Covarrubias a los 26 años, siendo nombrado párroco en su pueblo natal.
En 1808 las tropas francesas de Napoleón, saqueaban los pueblos de la zona para aprovisionamiento de víveres, realizando numerosas tropelías. El Cura Merino, conocedor de la zona, les hizo frente al mando de una partida de 2000 hombres, controlando el “Camino Real”, apresando convoyes y correos franceses.
Por sus acciones victoriosas, la Junta Suprema le nombró sucesivamente Capitán y Teniente Coronel, siendo galardonado con la “Cruz Laureada de S. Fernando”. Ganó 58 batallas a las tropas francesas; destacando la toma de Roa, el rescate de Burgos, Ezcaray, Hontoria del Pinar, Quintana de Puente, Quintanapalla y su brillantísima intervención en la batalla de Vitoria. Fue el inventor de la “guerra de guerrillas” realizando emboscadas por caminos y pueblos. De él dijo el mismo Napoleón que “prefiero la cabeza de ese cura a la conquista de cinco ciudades españolas”. Se sucedieron sus ascensos y condecoraciones de guerra, llegando a ser nombrado Mariscal de Campo por el rey Fernando VII. Concluida la Guerra de Independencia, volvió de párroco a su pueblo. Más tarde, al morir el monarca, el Cura Merino luchó al lado de los Carlistas, siendo nombrado General en Jefe de todas las tropas en Castilla y Extremadura, al mando de 11.000 hombres. A la derrota del ejercito carlista, el Cura Merino se exilió en Alençon, un pueblo de la bretaña francesa, donde pasó sus últimos cinco años de su vida. Murió el 12 de Noviembre de 1844, a los 75 años. En 1968 el Ayuntamiento de Lerma solicitó sus restos, siendo repatriado a la villa. Desde mayo del mismo año sus restos reposan en la Plaza de Santa Clara, en un sencillo mausoleo, junto al mirador de los Arcos.
PALACIO DUCAL
Característico de la época de los Austrias, el Duque de Lerma aprovechó el emplazamiento del antiguo castillo medieval y realizado según las trazas de Francisco de Mora, fue construido en sucesivas fases, concebido como morada de los Duques, a la vez que regio aposento para la corte de Felipe III, con motivo de los retiros cinegéticos en la villa.
La disposición es característica de los palacios castellanos: un patio central rodeado de galerías columnadas, alternando dos cuerpos: el primero, de 20 columnas de orden toscano con arcos de medio punto y el segundo de 20 columnas de orden jónico; siendo las columnas de una sola pieza. Arranca también desde este patio una suntuosa y amplia escalera claustral.
La fachada principal está fabricada con recios sillares, su portada se acompaña de pedestal, columna y capitel a cada lado, en que se basa un frontispicio semicircular, con labores de arquitrabe. Toda la fachada queda rematada por una fuerte cornisa de piedra y por encima se elevan las cubiertas de pizarra, con sus buhardillas.
Sobre aquellas cornisas y en las cuatro esquinas arrancan los cuatro torreones rematados por chapiteles también cubiertos de pizarra, con gran bola, veleta y cruz.
Todo el Palacio estaba compuesto por 210 balcones de hierro y 135 ventanas entre buhardas y rejas.
El Palacio fue utilizado como cuartel general durante la invasión napoleónica, perdiendo sus cuatro chapiteles. Ha sido rehabilitado como Parador de Turismo, recobrando el encanto perdido en los siglos pasados.
PLAZA MAYOR
Plaza Mayor . Frente a la fachada principal del Palacio se extiende un espacio de planta rectangular, limitada en sus otros lados por tres "cuerpos de edificios". Tiene 75 columnas de trozos de cantería con sus pedestales. Sobre las columnas, edificado en ladrillo, corre el segundo cuerpo con 72 balcones.
La plaza era el marco ideal para las fiestas privadas (corral de comedias, lidia de toros a caballo, juego de cañas, luminarias, mogigangas...), Lope de Vega o Góngora acudían a Lerma a representar sus obras teatrales en la Plaza. Pero el Duque ideó una variante bárbara de la Fiesta Nacional y que mucho divertía a los cortesanos, que consistía en un despeñadero para el toro; una vez toreado era incitado al balcón volado y éste moría desnucado, precipitado por la pendiente hasta el río.
De 6.862 metros cuadrados es una de las plazas más grandes de España, siendo el orgullo del Duque en la época.
EXCOLEGIATA DE SAN PEDRO
Ex-Colegiata de San Pedro (1613 - 1617) . El Arzobispo de Sevilla, Don Cristóbal de Rojas y Sandoval, tío del Duque, concibió el proyecto de dotar a Lerma de una Iglesia de grandes dimensiones y eligió la existente de San Pedro para ampliación y reforma. A petición del Duque, la parroquia de S. Pedro había sido convertida en Colegiata en 1606 por el Papa Paulo V. El 3 de Agosto del propio año dio Su Santidad una Bula designando a la Abadía “ nullius diócesis” con dependencia directa de la Santa Sede e independencia total del Arzobispado de Burgos. El Duque continuó la obra emprendida, dotándole de mayor amplitud, altitud y conservando las bóvedas de estilo gótico. Los planos son obra del arquitecto carmelita Fray Alberto de la Madre de Dios, que en 1613 inició la reforma. De planta de salón con tres naves, dispone de girola y capillas laterales, coro, trascoro, contaduría y baptisterio. Mide 222 pies de largo, 77 de ancho y 51 de alto; costó la fábrica unos 80.000 ducados.
La fachada típica herreriana destaca por la monumental portada principal, con dos columnas dóricas sujetando un entablamento decorado con los escudos ducales en las metopas, coronado por cornisa rematada por bolas. En el centro, una hornacina con frontón semicircular y la imagen de S. Pedro. Como curiosidad, destaca la puerta que es la original de 1616 de madera de pino y con clavos de bronce.
El bello retablo mayor es de estilo barroco, con abundante decoración, toda ella dorada, columnas salomónicas, decoración vegetal, estípites, amorcillos.
En el interior destaca por su belleza y solemnidad la estatua orante del tío del Duque, Don Cristóbal de Rojas y Sandoval realizada en bronce por Juan de Arfe y finalizada por Lesmes Fernández del Moral. También destacan los famosos órganos de 1615-16, construidos por Diego de Quijano, Organero mayor de Felipe III. En la sacristía retratos del Duque, de Juan Pantoja de la Cruz pintor de cámara de Felipe III, la cajonería de madera de nogal, cantorales, calvario y sobretodo, la preciosa mesa taraceada regalo de Papa Paulo V realizada con gusto oriental y técnica italiana. (Detalles del Sagrario, Mesa Taraceada y Estatua Orante)
El Centro de Iniciativas Turísticas de Lerma, organiza un mes cultural llamado "El Mes del Barroco", celebrándose todos los sábados por la tarde del mes de Agosto, conciertos con los órganos del S. XVII y diferentes instrumentos barrocos
Esta Iglesia permanece abierta al culto desde mediados de Mayo hasta el 1 de Octubre. Los horarios de los oficios son: Diario a las 20:00h., Domingos y Festivos 13:00 h. y 19:00 h.
Se visita únicamente con la Visita Guiada que realiza la Oficina de Turismo de Lerma.
El traslado de la Corte española a Valladolid en enero de 1601 fue decisivo para que el Duque de Lerma concibiera la idea de crear una corte propia en su villa, para restringir aún más el núcleo cortesano alrededor de Felipe III, que mostraba escaso interés y poca capacidad por los asuntos políticos y de gobierno.
Veinte años se mantuvo el Duque de Lerma como privado del rey. Durante este período Lerma se vio engrandecida y favorecida. Bajo su patrocinio, entre 1600 y 1617, se erigió uno de los conjuntos Histórico-Artísticos mejor conservados de España, de estilo Herreriano. En él intervinieron los mejores arquitectos reales de la época, Francisco de Mora, Juan Gómez de Mora y Fray Alberto de la Madre de Dios.
Lerma se convirtió en Corte de Recreo, adonde acudían personajes relevantes y artistas (Góngora, Lope de Vega ... ), y se celebraban fiestas y banquetes en honor de los Reyes de España. En Lerma nació el séptimo hijo de Felipe III, la Infanta Margarita, que fue bautizada con toda pompa y solemnidad en el Convento de las Clarisas.
Obtuvo el Duque exorbitantes concesiones reales, en títulos y riquezas. El ducado de Lerma comprendía 40 villas y lugares de señorío y seis de behetría, que con sus impuestos engrosaron las arcas ducales. Parte de ellos los invirtió Don Francisco en la construcción de edificios en su villa: el Palacio Ducal, la Plaza Mayor de Armas con sus edificaciones, seis monasterios y una Iglesia Colegial, aparte de reparaciones en otros edificios; también estableció una industria de paños y tintes, una imprenta con licencia real, y un hospital. Antes de su precipitada caída del poder, se acogió a la dignidad cardenalicia, para escapar a las iras y a las amenazas de sus numerosos enemigos. Alejado de la Corte en 1620, los últimos días de su vida transcurrieron entre Lerma y Valladolid, obligado a devolver las enormes sumas que había defraudado. Murió en Valladolid el 18 de mayo de 1625. Sus sucesores, entre pleitos y devoluciones, hicieron que aquel conato de vida cortesana se fuera apagando, y quedara olvidada la villa en lo restante del siglo XVII.
EL CURA MERINO
Después del Duque de Lerma, el personaje más importante en la Historia de la Villa fue el Cura Merino. Nació en el pequeño pueblo de Villoviado, una de las pedanías que tiene Lerma, el 30 de Septiembre de 1769. De joven ayudaba a su familia en las tareas de la agricultura y pastoreo, posteriormente estudió la carrera sacerdotal, siendo ordenado sacerdote en Covarrubias a los 26 años, siendo nombrado párroco en su pueblo natal.
En 1808 las tropas francesas de Napoleón, saqueaban los pueblos de la zona para aprovisionamiento de víveres, realizando numerosas tropelías. El Cura Merino, conocedor de la zona, les hizo frente al mando de una partida de 2000 hombres, controlando el “Camino Real”, apresando convoyes y correos franceses.
Por sus acciones victoriosas, la Junta Suprema le nombró sucesivamente Capitán y Teniente Coronel, siendo galardonado con la “Cruz Laureada de S. Fernando”. Ganó 58 batallas a las tropas francesas; destacando la toma de Roa, el rescate de Burgos, Ezcaray, Hontoria del Pinar, Quintana de Puente, Quintanapalla y su brillantísima intervención en la batalla de Vitoria. Fue el inventor de la “guerra de guerrillas” realizando emboscadas por caminos y pueblos. De él dijo el mismo Napoleón que “prefiero la cabeza de ese cura a la conquista de cinco ciudades españolas”. Se sucedieron sus ascensos y condecoraciones de guerra, llegando a ser nombrado Mariscal de Campo por el rey Fernando VII. Concluida la Guerra de Independencia, volvió de párroco a su pueblo. Más tarde, al morir el monarca, el Cura Merino luchó al lado de los Carlistas, siendo nombrado General en Jefe de todas las tropas en Castilla y Extremadura, al mando de 11.000 hombres. A la derrota del ejercito carlista, el Cura Merino se exilió en Alençon, un pueblo de la bretaña francesa, donde pasó sus últimos cinco años de su vida. Murió el 12 de Noviembre de 1844, a los 75 años. En 1968 el Ayuntamiento de Lerma solicitó sus restos, siendo repatriado a la villa. Desde mayo del mismo año sus restos reposan en la Plaza de Santa Clara, en un sencillo mausoleo, junto al mirador de los Arcos.
PALACIO DUCAL
Característico de la época de los Austrias, el Duque de Lerma aprovechó el emplazamiento del antiguo castillo medieval y realizado según las trazas de Francisco de Mora, fue construido en sucesivas fases, concebido como morada de los Duques, a la vez que regio aposento para la corte de Felipe III, con motivo de los retiros cinegéticos en la villa.
La disposición es característica de los palacios castellanos: un patio central rodeado de galerías columnadas, alternando dos cuerpos: el primero, de 20 columnas de orden toscano con arcos de medio punto y el segundo de 20 columnas de orden jónico; siendo las columnas de una sola pieza. Arranca también desde este patio una suntuosa y amplia escalera claustral.
La fachada principal está fabricada con recios sillares, su portada se acompaña de pedestal, columna y capitel a cada lado, en que se basa un frontispicio semicircular, con labores de arquitrabe. Toda la fachada queda rematada por una fuerte cornisa de piedra y por encima se elevan las cubiertas de pizarra, con sus buhardillas.
Sobre aquellas cornisas y en las cuatro esquinas arrancan los cuatro torreones rematados por chapiteles también cubiertos de pizarra, con gran bola, veleta y cruz.
Todo el Palacio estaba compuesto por 210 balcones de hierro y 135 ventanas entre buhardas y rejas.
El Palacio fue utilizado como cuartel general durante la invasión napoleónica, perdiendo sus cuatro chapiteles. Ha sido rehabilitado como Parador de Turismo, recobrando el encanto perdido en los siglos pasados.
PLAZA MAYOR
Plaza Mayor . Frente a la fachada principal del Palacio se extiende un espacio de planta rectangular, limitada en sus otros lados por tres "cuerpos de edificios". Tiene 75 columnas de trozos de cantería con sus pedestales. Sobre las columnas, edificado en ladrillo, corre el segundo cuerpo con 72 balcones.
La plaza era el marco ideal para las fiestas privadas (corral de comedias, lidia de toros a caballo, juego de cañas, luminarias, mogigangas...), Lope de Vega o Góngora acudían a Lerma a representar sus obras teatrales en la Plaza. Pero el Duque ideó una variante bárbara de la Fiesta Nacional y que mucho divertía a los cortesanos, que consistía en un despeñadero para el toro; una vez toreado era incitado al balcón volado y éste moría desnucado, precipitado por la pendiente hasta el río.
De 6.862 metros cuadrados es una de las plazas más grandes de España, siendo el orgullo del Duque en la época.
EXCOLEGIATA DE SAN PEDRO
Ex-Colegiata de San Pedro (1613 - 1617) . El Arzobispo de Sevilla, Don Cristóbal de Rojas y Sandoval, tío del Duque, concibió el proyecto de dotar a Lerma de una Iglesia de grandes dimensiones y eligió la existente de San Pedro para ampliación y reforma. A petición del Duque, la parroquia de S. Pedro había sido convertida en Colegiata en 1606 por el Papa Paulo V. El 3 de Agosto del propio año dio Su Santidad una Bula designando a la Abadía “ nullius diócesis” con dependencia directa de la Santa Sede e independencia total del Arzobispado de Burgos. El Duque continuó la obra emprendida, dotándole de mayor amplitud, altitud y conservando las bóvedas de estilo gótico. Los planos son obra del arquitecto carmelita Fray Alberto de la Madre de Dios, que en 1613 inició la reforma. De planta de salón con tres naves, dispone de girola y capillas laterales, coro, trascoro, contaduría y baptisterio. Mide 222 pies de largo, 77 de ancho y 51 de alto; costó la fábrica unos 80.000 ducados.
La fachada típica herreriana destaca por la monumental portada principal, con dos columnas dóricas sujetando un entablamento decorado con los escudos ducales en las metopas, coronado por cornisa rematada por bolas. En el centro, una hornacina con frontón semicircular y la imagen de S. Pedro. Como curiosidad, destaca la puerta que es la original de 1616 de madera de pino y con clavos de bronce.
El bello retablo mayor es de estilo barroco, con abundante decoración, toda ella dorada, columnas salomónicas, decoración vegetal, estípites, amorcillos.
En el interior destaca por su belleza y solemnidad la estatua orante del tío del Duque, Don Cristóbal de Rojas y Sandoval realizada en bronce por Juan de Arfe y finalizada por Lesmes Fernández del Moral. También destacan los famosos órganos de 1615-16, construidos por Diego de Quijano, Organero mayor de Felipe III. En la sacristía retratos del Duque, de Juan Pantoja de la Cruz pintor de cámara de Felipe III, la cajonería de madera de nogal, cantorales, calvario y sobretodo, la preciosa mesa taraceada regalo de Papa Paulo V realizada con gusto oriental y técnica italiana. (Detalles del Sagrario, Mesa Taraceada y Estatua Orante)
El Centro de Iniciativas Turísticas de Lerma, organiza un mes cultural llamado "El Mes del Barroco", celebrándose todos los sábados por la tarde del mes de Agosto, conciertos con los órganos del S. XVII y diferentes instrumentos barrocos
Esta Iglesia permanece abierta al culto desde mediados de Mayo hasta el 1 de Octubre. Los horarios de los oficios son: Diario a las 20:00h., Domingos y Festivos 13:00 h. y 19:00 h.
Se visita únicamente con la Visita Guiada que realiza la Oficina de Turismo de Lerma.